Introducción:
"El Corán según Solari"
Las letras del Indio Solari siempre
fueron un misterio para sus exégetas. Hay quienes se toman este trabajo muy en
serio como Juan Carlos Serqueiros con su enorme labor en el Blog “Esa vieja
cultura frita” y los que se lo toman con humor como Diego Capusotto, con su
sección de “Letras onda Los Redondos”.
No tengo más para agregar sobre lo que fue
y es Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota para la cultura argentina. En lo
personal fui uno de los miles que claudicó ante sus melodías y poesías teniendo
la particularidad de reconocerme musulmán.
Estoy llegando a mis cuarenta años y me
dieron ganas de unificar dos gemas preciosas en mi vida. El Islam y las letras
del Indio.
No me considero “ricotero”, si bien
tengo toda su discografía, los he visto en vivo y he hecho lo propio en la
etapa solista de Indio. Es un artista al cual disfruto mucho, lo admiro,
pero no forma parte de mi identidad, si
uno simplifica esto en remeras alusivas, tatuajes, stickers en el automóvil,
etc. Tampoco mi vida ha transcurrido en los suburbios, ni fui parte de la vida
de la baja Buenos Aires, ni he conocido en persona a Enrique Symns, etc.
Mi identidad más evidente es la
islámica. Si me preguntas qué soy te responderé “Musulmán”, o mejor dicho, es
mi intención serlo.
En lo subsiguiente voy a tratar de leer
al Indio con un ojo musulmán. De pensarlo como un profeta. Estoy convencido de
que todo poeta, toda persona dedicada al arte, sea cual sea, tiene algo de
profeta. Lo que hace “le viene”, “le aparece”, una persona no elige hacer arte,
sino que necesita ser un canal entre una inspiración y las personas, entregar
ese mensaje, y eso es ser un profeta. Es una necesidad, no una elección.
Un poeta o poetiza, es alguien que nos traslada
a dos lugares, al infierno y al paraíso. No hay mensaje en donde no hay
sensaciones extremas. Como indica una letra de Barao Vermelho:
“O poeta não morreu
Foi ao inferno e voltou
Conheceu os jardins do Éden
E nos contou”
Foi ao inferno e voltou
Conheceu os jardins do Éden
E nos contou”
El poeta es alguien que estuvo en el
infierno y que conoció el paraíso y nos transmite sensaciones.
Dejaré de lado toda interpretación
conocida de las letras del Indio Solari y voy a perderme en los laberintos de
su mensaje. Es solo un juego. ¿A quién no le gusta perderse en los laberintos?
En ese juego voy a presentar las letras
del Indio como un libro revelado, como un corán.
Para quien no conoce, el Corán, libro
revelado al Profeta Muhammad, está dividido en Suras (capítulos, literalmente
en árabe significa muralla). Las Suras del Corán son 114 y son de dos tipos,
mecanas (reveladas en Meca) y medinenses (Reveladas en Medina), dos ciudades de
la actual Arabia Saudita. Las Suras del Indio serán Redondas, en su etapa de
Patricio Rey, o Indias, para su etapa solista.
Las Suras están divididas en aleyas (versículos, pero literalmente
significa señal, presagio, milagro).
Las Suras no están ordenadas de acuerdo
a la cronología de la revelación, ni de su relato. La primera Sura revelada fue
la número 96.
El Corán revelado a Muhammad. solo es
sagrado en idioma árabe, cada traducción del mismo deja de tener el carácter de
sacro ya que es solo una interpretación del traductor. Lo mismo aplica para
este corán.
Recomiendo leer al libro revelado
acompañado de la musicalidad del tema asociado.
Al igual que el Corán en árabe, la
cadencia, las texturas de la musicalidad de la recitación acompaña también al
significado de la revelación.
Nabil Al Malik
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