Sura 1: "Motor psico"



Sura 1: 


Motor psico:

      1.       Siempre tengo a mi lado a mi dios
       (así me das más...)
2.       Un susurro muy especial
(así me das más...)
3.       "Motor psico": el mercado de todo amor
Lo que debes, cómo puedes quedártelo.
4.       Junto a la hemoglobina me fui
y ya no sangro más.
5.       De la nada a la gloria me voy
(¡así me das más...!)

"Motor psico": el mercado de todo amor
Lo que debes, cómo puedes quedártelo.

6.       Estoy fichando de acuerdo al dolor
(jugando de más...).
7.       Mi dios no juega dados, quizás...
esté a mi favor

         "Motor psico": el mercado de todo amor
          Lo que debes, cómo puedes quedártelo.


La primera sura del Corán revelado al Profeta Muhammad, la Sura 1, Al Fatiha (La que abre) tiene carácter central en la vida de una persona musulmana. Es el núcleo de las oraciones en el Islam. Para que se entienda mejor, es nuestro “Padre nuestro”.

Sura Redonda. Tiene 7 aleyas, y casualmente, mismo número de aleyas que tiene la Sura 1 del Corán revelado a Muhammad.

Motor psico, es el motor del alma, es lo que moviliza al alma.

En la aleya 1 nuestro profeta dice que tiene siempre a su lado a su dios. Un dios en minúscula y personal, un dios creado a medida y para su conveniencia, así le da más….

Esto me recuerda a la charla con el Sheij del libre “El Tiempo de la Baraka”.
-Algunos definen a Dios como el Ser Supremo…
-Dios, no sé…Allah no es un ser, es el cumplimiento de las cosas…
-¿El cumplimiento de las cosas? Eso…¿qué significa?
-Allah no pertenece al ámbito de lo mental, sino al funcionamiento de las cosas…Los occidentales han pasado la vida buscando al sujeto del predicado. Hay que superar al Dios personal y hay que superar al Dios impersonal. Eliminarse del proceso mismo de la búsqueda…No hay sujeto. Allah es un verbo impersonal, como “llueve” o “nieva”…
-Pero entonces, ¿cómo definir a Allah?
-En el Islam no se define a Allah. No hay teología positiva. Allah será “lo que quiera que sea” que se vaya mostrando como Allah y en el modo que lo vaya haciendo…Allah no es sino en lo que debes progresar, una propuesta, un desafío.
-Un desafío, desde luego que lo es…¡Un desafío a la razón!
-[Asiste el Sheij en silencio]… De alguna manera…Absolutamente remoto a la razón, pero absolutamente inmediato a la existencia… Hemos intuido a Allah como aquello que sostiene a las cosas, y a uno mismo. Eso que te trasciende, que te ha dado existencia sin que tú la hayas pedido y que determinará tu muerte sin que tú la desees… Allah es la gran propuesta del ser humano: lo infinito. Pero lo Infinito presentado de golpe, con todo lo que eso supone de reductor y terrible para el corazón.
-¿Terrible?
-Allah es lo Infinito que nos somete.
-Igual que el Dios en el que antes eran educado los cristianos…
-No insistas… Dios es algo objetivo y definitivo. Dios es como es, y lo único que tienen que decirte es cómo es para saber tratarlo. Pero Allah depende incluso de tu propio esfuerzo por descubrirlo. Él mismo te dice: “Yo soy lo que mi siervo piense que soy”.
-¡Allahu Akbar!
-Allahu Akbar: Allah es más grande (akbar) que cuanto podamos pensar e imaginar… Cuando no encuentras a Allah, ahí está Allah. Cuando no tienes una actitud de algo concreto respecto a Allah, ahí está Allah. Eso es “No hay Dios sino Allah” (la ilaha illa Allah), la definitiva afirmación de algo inexpresable.

La idea de un dios personal, un dios que nos da cosas, más que deidad es un amuleto. Es a quién invocamos cuando no tenemos algo y a quien olvidamos cuando las necesidades están cubiertas. Nos sentimos favorecidos y favorecidas por este dios minúsculo cuando nos pasan cosas buenas y en el olvido en las malas. Debemos dejar de depender de esos amuletos.

En la aleya 2 se habla de susurros, para una persona musulmana, el susurro se identifica con las ideas o pensamientos a los cuales hay que tener cuidado, por lo cual pedimos refugio y para ello nos valemos de la sura 114, la sura de la humanidad:


En el Nombre de La Divinidad, La Fuente de toda Clemencia, La Fuente de toda Misericordia.

(1)Di: "Me refugio en quien tiene soberanía de la humanidad, (2) en quien Reina sobre la humanidad, (3) en La Deidad de la humanidad, (4) de la maldad del [demonio] susurrador que huye [cuando el nombre de La Divinidad es mencionado], (5) que susurra en los corazones de la humanidad, (6) y existe entre los yinnes (Las genias y genios) y entre la humanidad".

Sobre yinnes explicaremos posteriormente.

Y se vuelve a repetir la relación de conveniencia y podemos deducir, que nuestro profeta nos quiere advertir de una relación con una deidad frabricada a partir de la mezquindad y el interés personal.
En la aleya 3, que es la central en esta Sura, el leitmotiv, indica que lo que mueve el alma es el amor, pero cuidado con mercantilizarlo, ya que exige el pago de deudas, en donde jamás habrá acuerdos en el monto adeudado, claro está, inmensurable. 

En la número cuatro, está la imagen de la entrega absoluta, hasta al punto de sentir dolor, de hacerse daño y rematando con la aleya número cinco que remata esa entrega al máximo, que al fin y al cabo busca recibir más.

En la aleya número 6 se pone en juego al dolor como una apuesta y entrega de más de acuerdo a su valoración pero apela a ese dios personal de quién dependerá su éxitos…..en la transacción comercial afectiva.

Conclusión:

Nuestro profeta nos advierte de llevar nuestros objetivos afectivos a un plano comercial, un “toma y daca” sentimental. Debemos dejar de lado ese dios personal, dejar de escuchar esos susurros que nos lleva a una mezquindad espiritual. Debemos generar relaciones sin sentir que es una apuesta, o que debe ser un acto de sacrificio y que ese sacrificio debe ser pagado por el o la supuesta deudora.
También podemos deducir que nuestra teología es producto de nuestra riqueza de espíritu…o pobreza.
Un espíritu mezquino tendrá una teología mezquina. Un espíritu infinito tendrá una teología infinita. A lo que muchas personas concluyen es que, tal vez, lo conveniente es no tener ninguna teología o definición de la deidad y a esto se lo confunde con ateísmo.
El ateo, atea y el musulmán y la musulmana pertenecen a mundos diferentes, pero íntimamente relacionados. El primer grupo dice “No hay dios, solo existe la realidad”; y quienes se reconocen dentro del camino del Islam dicen “Solo existe la realidad y la llamo Allah”. (Islam sin Dios – Abdelmumin Aya)

Comentarios

  1. Salamo 'aleicum wa ráhmatulláh. Está interesante la propuesta, pero no termino de entenderla, especialmente el marco contextual y lo paratextual, es decir cómo se combinan las letras de Los Redondos con el discurso del Corán. Confieso también que en medio de los estudios no he podido dedicarle una lectura exhaustiva.

    Saludos y felicitaciones por la idea.

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    1. Wa aleikum salam wa rahmatulahi wa barakatuhu. Mil perdones por la demora al responder. No había visto el comentario. Más allá que veces en las letras hay referencias directas a cuestiones islámicas (Bandas derviches, cita de Corán en un disco, el Indio se identifica como Mullah en uno de sus personajes, etc.). Algunas referencias la subo en mi Instagram @veamoslounpoco. Lo que hago es una letra o poesía que desde el vamos podemos ver que no tiene nada que ver con lo islámico como podemos generar disparadores para temas de incumbencia en la cultura islámica. El Indio aunque es ateo confeso, sus letras hablan mucho de Dios, y lo que hago es explicar lo que para mi es Allah. Te doy un adelanto , no es acaso el pibe de los astilleros Noé , :D. Salam y un gran abrazo.

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  2. Sólo Dios sabrá por qué tardé tanto en empezar a leer este blog. Gran material, un disparador espiritual para llenarse de preguntas y soltar la mente. Felicitaciones, muy bien escrito.

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    1. Muchas gracias, exacto, la idea es que nos genere nuevos pensamientos, "soltar la mente" y abrir el corazón.

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