Sura 58: "Jericó"






En los muros de Jericó
fortaleza de Canaán
el buen Dios descargó su furia
y el poder de unos invasores

Cualquier sangre es más densa que
las aguas que Dios ensangrentó
de rojo sangre tiñó.

Las murallas de Jericó
cerquita del Río Jordán
el río bautismal de Cristo
Dios sopló cuernos de carnero

Me apropié de un espíritu
que todo el sueño me señaló
desde el muro de Jericó
vi el poder del invasor

Perdonar alberga olvidar
y un poco de desprecio también
que belleza esa tierra cruel
de bellas palmeras

Toda piedra de Jericó sufrió
el triunfo del invasor
y de su enorme aliado al que
oro y plata se tributó

Interpretación:


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Un poco de historia:

Jericó está situada al este de Cisjordania, cerca del río Jordán. Se cree que lleva habitada más de 11.000 años, lo que la convierte en una de las ciudades habitadas más antiguas del mundo. La muralla protectora que la rodea es la más antigua de su género. En la Torá, Jericó se describe como la "Ciudad de las Palmeras", y su continua habitabilidad se debe en gran parte a la cantidad de manantiales naturales que hay en la ciudad y sus alrededores. El asentamiento más antiguo de la zona se encontraba a un par de kilómetros de la actual Jericó, en un lugar llamado Tel as-Sultan (Colina del Sultán). A 250 metros bajo el nivel del mar, Tel as-Sultan no sólo es la ciudad más antigua, sino también la más baja del planeta.
Jericó atrae a turistas por motivos religiosos e históricos, quienes pueden subir al Monte de las Tentaciones para visitar un monasterio ortodoxo griego y contemplar una vista panorámica de la ciudad. En Jericó hay edificios de las épocas romana, bizantina, omeya, medieval y otomana, incluidas iglesias y mezquitas, y la higuera al que Zaqueo se subió para ver a Jesús caminar hacia Jerusalén. Cerca de la ciudad, en Qasr al Yahud, se encuentra el lugar del bautismo de Jesús en el río Jordán, y las ruinas de los palacios reales asmoneos de invierno son prueba de los lujosos gustos del rey Herodes.

Jericó es una ciudad mayoritariamente musulmana. Con unos 23.000 habitantes, está bajo el control de la Autoridad Nacional Palestina desde 1994. Debido a las montañas que la rodean y a su escasa altitud, Jericó es siempre unos grados más cálida que el resto de Palestina: por ello, no sólo es un popular refugio invernal, sino que también produce plátanos, dátiles y cítricos durante todo el año.

Durante 400 años fue parte del Imperio otomano hasta 1917, luego estuvo bajo el Mandato Británico de Palestina, pasando a control jordano entre 1948 y 1967 y luego fue ocupada por Israel durante la Guerra de los Seis Días, y ha permanecido desde entonces bajo ocupación militar israelí. Desde 1994, después de los Acuerdos de Oslo, pasó a estar bajo la administración de la Autoridad Nacional Palestina.

Tras la derrota del Imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial, la ciudad de Jericó pasó a formar parte del Mandato Británico de Palestina. El censo de Palestina de 1922, llevado a cabo por las autoridades británicas, daba una población de tan solo 1029 habitantes en la ciudad, de los cuales 931 eran musulmanes, 92 cristianos y 6 judíos. En 1927, un terremoto golpeó Jericó y otras ciudades de la zona, dejando un balance de unas 300 víctimas mortales. Poco después, en el censo de 1931, la población de la ciudad había crecido hasta los 1.693, de los que 1512 eran musulmanes, 170 cristianos, 7 drusos y 4 judíos. Los británicos construyeron fortificaciones en Jericó durante la Segunda Guerra Mundial con la ayuda de la empresa judía Solel Boneh. También se colocaron explosivos en los puentes para poder dinamitarlos en caso de una hipotética invasión alemana.

La ciudad es conocida como el lugar por donde los israelitas entraron a la Tierra Prometida, dirigidos por Josué, el sucesor de Moisés.

El Tanaj describe una destrucción de Jericó como resultado de la invasión llevada a cabo por Josué. La ciudad fue tomada de manera milagrosa, al ser derribados sus muros por el sonido de las trompetas de los hebreos. Algunos investigadores bíblicos que utilizan las genealogías de las Escrituras, fijan la fecha del Éxodo en el decimosexto o el decimoquinto siglo a. C.

El Nuevo Testamento relata el paso de Jesús por la ciudad, un milagro realizado en ella y la conversión de un jericoano de nombre Zaqueo. El camino desde esta ciudad a Jerusalén es el escenario de la parábola del Buen Samaritano.

No hay mucho que interpretar en esta canción salvo las siguientes líneas:

el buen Dios descargó su furia

Josué, cuyo nombre significa Dios de Salvación, es un personaje de la Biblia según el cual, fue escogido por Yahveh para suceder a Moisés como líder de los israelitas durante la conquista de Canaán; conquistó la mayor parte del territorio de la tierra prometida y la distribuyó entre las doce Tribus de Israel.

Dios sopló cuernos de carnero
las aguas que Dios ensangrentó

Conquistó Jericó, cuyas murallas se derrumbaron cuando los sacerdotes que custodiaban el Arca de la Alianza marcharon frente al pueblo de Israel y dieron una vuelta durante 7 días alrededor de la ciudad y al séptimo día dieron 7 vueltas, ese día tocaron los shofarim (trompetas de cuerno de carnero), siguiendo las órdenes de Yahvé. Todos los habitantes de la ciudad, incluyendo mujeres y niños, fueron muertos, a excepción de Rahab, que había colaborado con los espías enviados por Josué, y su familia. La ciudad fue destruida por completo, y Josué maldijo a quien intentara reconstruirla.

Josué no se menciona por su nombre en el Corán, pero su nombre aparece en otra literatura islámica como ayudante de Moises.

En la sura 5 del Corán:

“¡Oh, pueblo mío! Entren en la Tierra Santa que Dios destinó para ustedes y no renieguen [de su fe], porque se convertirían en perdedores". (21) Respondieron: "¡Oh, Moisés! Allí hay gente poderosa, así que no entraremos hasta que ellos se marchen. Solo cuando abandonen la ciudad entraremos". (22) Dos hombres que tenían temor de Dios, que habían sido bendecidos [con una fe sólida], dijeron: "Ingresen sorpresivamente por la puerta, porque si lo hacen obtendrán la victoria. Pero encomiéndense solo a Dios, si es que verdaderamente son creyentes".” (5:21-23)

No se menciona la masacre ocurrida.

En la jurisprudencia islámica solo es permitida la defensa, pero jamás el ataque.

Hay reglas claras para el combate en caso de ser necesario:
  • No atacar de sorpresa.
  • No matar a niñas, niños, mujeres, personas ancianas, enfermas, lideres religiosos, toda persona que se rinda o está escapando.
  • No cortar árboles.
  • No destruir ninguna construcción.
  • No matar animales, a menos que sea para alimentarte.
  • No mutilar los cuerpos de los combatientes.
  • En caso de toma de prisioneros, darles todos los cuidados necesarios.
  • No forzar a nadie a aceptar el Islam como religión.
Como creyente rechazo la idea de aceptar una orden de La Divinidad para ejercer violencia contra otra persona.

Quien acepta la historia de Josué como algo normal, natural, no le temblará el pulso para hacer algo similar, como no le ha temblado a quienes formaron el Estado de Israel (Josué) con ayuda de Inglaterra y la ONU (Rahab).


No pude encontrar a quien ha creado el arte que ilustra esta publicación pero representa al Nakba.

Nakba es un término árabe (النكبة) que significa "catástrofe" o "desastre", utilizado para designar al éxodo palestino.








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