Sura 38: "Canción para naufragios"


1.      Es tan chiflado y obnubilado que puede ser…
Tan caprichoso y novedoso que puede ser…
Bombas de aquí para allá.
Puede ser, es irreal.

2.      Ya no estás solo
estamos todos en naufragar.
Son seis minutos y nuestra «mami» va a contestar.
«Mami» elimina el error de que vos sos capaz.

3.      Es tan chiflado y obnubilado que puede ser…
Tan caprichoso y tan sonado que puede ser…
Rayos de aquí para allá.
Que linda calma dan.



Sura redonda.

Estamos todos en naufragar, excepto….

Sura 103 del Corán:

En el nombre de La Divinidad, Fuente de Misericordia, Fuente de toda Compasión

“¡Por la tarde! (1) En verdad, la humanidad camina hacia su perdición, (2) Excepto quienes crean, obren bien, se recomienden mutuamente la verdad y se recomienden mutuamente la paciencia. (3)”


“Mami” es La Divinidad, una forma de nombrarla que indica cercanía, protección, cuidado, Ar Rahman y Ar Rahim.


De Saleh Abdurrahim Isa:

En el islam, al contrario de lo que ocurre en el cristianismo (base fundamental de la construcción del pensamiento europeo), no existe la dualidad (masculino-femenina) y menos la trinidad (masculino-femenina-neutro) sino el tawhid que podría traducirse como “energía” o “unidad holística”. Esto es, no resulta necesaria la dualidad del ser humano en masculino y femenina.

Lo que hizo que Al-Lah nos configurara como una expresión en acto de Sus atributos, entre los que estarían la capacidad para perdonar, para escuchar, para pacificar, para construir, o incluso para engendrar (rahma) y para criar o desarrollar (rahima).

De hecho, ni la “masculinidad” ni la “virilidad”, conceptos necesarios para el ideario europeo, forman parte de dichos atributos, mientras la matriz o útero (rahma) sí que está en el origen de uno de sus nombres (Ar-Rahmán), e incluso la capacidad de amamantar, nutrir o criar (rahima) también estaría en el origen de otro de sus nombres (Ar-Rahim). Estos dos nombres: Ar-Rahmán y Ar-Rahim; son los más expresados no sólo en el Corán, antecediendo la recitación de cualquier sura, sino que antecede cualquier acto en boca o escritura de una persona que se autoconsidera musulmana.

Incluso nos dice el Corán: “Invocad a Al-Lah, o invocad a Ar-Rahmán [Lo-Matricial, Lo-Uterino]: como quiera que Le invoquéis, Suyos son todos los atributos de perfección” (Corán 17:110), y “tened conciencia [“taqwa”] de Al-Lah, por quien os preguntáis mutuamente, y tened conciencia [“taqwa”] de las matrices [“arham” de la trilítera rahma]. ¡En verdad, Al-Lah os observa continuamente!” (Corán 4:1).

Recomendamos la lectura de "El Rostro Materno de Al-lah", Abdennur Prado:



Según un diálogo con el Sheij Tamazigh:

-¿Podemos decir que rahma es misericordia o compasión?
-La compasión o la misericordia es una de sus muchas manifestaciones. Es rahma apiadarse de criaturas vulnerables…Al igual que una de sus formas es el perdón.
-Allah perdona…
-Más allá de todo lo pensable.
-La rahma podríamos decir que es un abrazo de Allah a sus criaturas…
-Es un abrazo de Allah a la nada que se convierte en criatura.


Son seis minutos y nuestra «mami» va a contestar.

No es otra cosa que el salat, las oraciones, siempre decimos que las oraciones de acuerdo con lo enseñado por el Profeta Muhammad duran un poco más de 5 minutos. Remarcamos eso para evitar argumentos holgazanes

El Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “La súplica del orante será respondida en tanto no rece pidiendo algo dañino ni algo que implique la ruptura de los lazos familiares”.

«Mami» elimina el error de que vos sos capaz.

La magfira versus el perdón de Allah:

Del libro “El Islam no es lo que crees” de Abdelmumin Aya:

Las personas musulmanas no piden perdón por los pecados (al menos que sepan lo que están haciendo). Si no hay pecados, si no hay culpabilidad, ni arrepentimiento, tampoco hay perdón. No se ha ofendido a Allah, no hemos tenido que sentirnos miserables para darnos cuenta de que nos hemos equivocado, y no pedimos que se nos perdonen eses actos absurdos o destructivos. Las personas musulmanas, después de un dzanb (error), nos acogemos a la magfira de Allah.

Ciertamente que yo he sido injusto conmigo mismo, dame magfira” (28:16)

“Cuando […] son injustos consigo mismos se acuerdan de allah y piden magfira” (3:135)

Con el dzanb nos hemos dañado a nosotros mismos y, sin embargo, es a Allah a quien pedimos la magfira. ¿Por qué? Para contestar a esta pregunta debemos antes saber qué es la magfira, pues evidentemente, la traducción habitual en castellano de “perdón de los pecados” en parte empobrece y en parte traiciona el sentido de la magfira. Literalmente, pedir magfira es “ponerse un casco”. Un casco (migfar) que nos proteja, ocultándonos, de lo que se nos viene encima.

Cuando Allah nos da su magfira nos ampara.

“Protegeos con Él. Su magfira (es) para vosotros (respecto) de vuestros errores y os ampara”. (46:31). Magfira viene del verbo gafara: tapar, ocultar, disimular. Estrechamente relacionado con el verbo kafara, que proviene de la palabra Kafir. El musulmán no busca el kufr (tapar a Allah), sino que Allah lo oculte a él de sus errores (la magfira). Entonces, ¿qué pedimos, exactamente cuando hacemos istigfar, cuando pedimos la magfira? Pedimos que nos “oculte” de nuestros actos más desafortunados. Los actos tienen autonomía frente al que los hizo; nuestras acciones en el mundo semita tienen vida propia.

La magfira tiene el efecto de no dejar que nuestros errores transformen nuestra conciencia envileciéndonos y constituyéndose en norma de nuestros actos futuros. Quien dice astagfiru-llah está manifestando ante todo la intención de no ser la misma naturaleza destructiva que el acto por el que lo dice; declara que se ha equivocado al hacerse o hacer daño.

Rayos de aquí para allá.
Que linda calma dan.


La Sura 13 del Corán llamada “Los Truenos”:

“Allah es quien nos muestra el relámpago, evocador de miedo y de esperanza, y Es quien forma los nubarrones” y el trueno hace alabanza de Su infinita gloria, como [hacen también] los ángeles.”

“Aquellas personas que creen, y cuyos corazones encuentran sosiego en el recuerdo de La Divinidad-- pues, en verdad, en el recuerdo de La Divinidad encuentran los corazones su sosiego”.


Artista: Alina Gallo

Naufragio migrante, 2015

Temple al huevo hecho a mano, 15 x 10 cm

En embarcaciones inestables, en la oscuridad antes del amanecer, muchos partieron de Libia, donde la ruptura de la ley y el orden ha dejado rienda suelta a los traficantes de personas. Peligrosamente superpoblados con cientos de personas que buscan seguridad y una vida mejor, muchos navegan hacia la pequeña isla italiana de Lampedusa, un puerto de entrada a Europa.

Miles de personas se han ahogado cruzando el mar desde el norte de África, y cientos de miles han sobrevivido, perdiendo amantes, mejores amigos y familiares al agua. Los descubiertos frente a las costas libias se enfrentan a la detención, y los rescatados en aguas italianas ingresan a un sistema abrumadoramente desprevenido para satisfacer las necesidades de tantos.

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